Thursday, November 11, 2010

Las armas de distracción masiva.

El ex presidente del país del norte ha publicado su libro de memorias llamado "Decision Points". Aparece vestido con un traje, bien cuidado en su apariencia, caminando los pasillos tal vez de la Casa Presidencial, tal vez de algún set de Hollywood. En la ultraconservadora Texas, firma autógrafos a sus ardientes fans, que han esperado toda la noche, haciendo fila a las puertas de la librería, como si se tratara de la nueva novela de Harry Potter, o de la presencia de Miley Cirus de visita en la ciudad. Después, el Sr. Bush se va de gira a ciudades importantes del país del norte, platica sus anécdotas y le preguntan, le cuestionan, pero en lugares cómodos, para que se sienta como en casa. Se arrepiente de no haber bajado del Air Force One mientras veía la devastación del huracán Katrina. Pero se arrepiente más de la fotografía que lo retrata contemplando impávido el desastre, muy cómodo en los asientos de piel y el aire acondicionado de la fortaleza aérea. Lo lamentable es la foto, no el acto, fiel al estilo yanqui. Solamente me queda en la memoria el tema de Irak: Cuando la admirada diosa de la posmodernidad y la televisión, Oprah, le pregunta sobre la invasión a ese país, Míster Bush reflexiona y cuenta: que se sintió muy mal porque "no encontraron las armas de destrucción masiva que sus fuentes de inteligencia habían detectado". Abunda en su malestar y sigue: "Sentí naúseas".
El señor Bush sintió naúseas porque en Irak no encontraron armas de destrucción masiva. ¿Y los demás que sentimos?

Yo sentí naúseas al ver un país destruido.
Yo sentí naúseas al ver niños muertos, sin culpa de los intereses los políticos yanquis.
Yo sentí naúseas al ver mujeres sin casas, sin un lugar adónde ir.
Yo sentí naúseas al ver que activistas americanos, buenos americanos, no tenían permiso de dar ayuda a los desvalidos.
Yo sentí naúseas al ver tantas injusticias.
Yo sentí naúseas al ver, que después de tantos jóvenes americanos muertos, tantos padres huérfanos, tanta miseria humana, el Sr. Bush sigue buscando armas de destrucción masiva.
Yo siento naúseas del Sr. Bush, un criminal que se pasea orgulloso en la televisión. Y luego los yanquis le tienen miedo a Jason y a Michael Myers.

Que miedo, que ande un delincuente y asesino suelto en las calles, dando la mano, firmando libros, orgulloso de sus crímenes.
Qué naúseas siento.

Camarada Tahania.
Ciudad Juárez, México.