Sobre México y la nueva influenza A H1N1

Debemos buena parte de la información aquí presentada al artículo de la señora Laura Carlsen, publicado el 4 de mayo, en la página del Programa de las Américas, fuente de reflexiones serias para entender los acontecimientos mundiales. El vínculo de la fuente es: http://www.ircamericas.org/esp/6098

A saber: La nueva influenza A H1N1, (este nombre lo hemos aprendido de las notas que han aparecido en el diario español El País) ha causado enormes daños a México, país que bien anota Carlsen, es un laboratorio de la globalización. Habría que añadir que producto de políticas desatinadas, lejos de las necesidades del buen pueblo mexicano, se ha traído desempleo, una de las inflaciones más alta de la América Latina (cercana al 7 por ciento en 2008) y uno de los menores crecimientos económicos en la región el año pasado. En este año de crisis financiera mundial, se espera que la economía mexicana sufra una contracción del 4%

México declaró una alerta sanitaria a principios del mes de mayo, por causa de esta enfermedad, en un principio llamada "influenza porcina", y en los medios norteamericanos, su traducción "swine flu", se pudieron leer notas en la CNN y en portales de internet. Las acciones que tomó el Estado Mexicano, fueron por ejemplo, el cierre de escuelas, a todos niveles, y el Alcalde de la capital azteca decretó cierre de restaurantes, (hay más de 35 mil establecimientos en la ciudad capital según escribe Carlsen, lo que da cuenta de la gravedad de las pérdidas económicas). Asimismo, el deporte nacional, el fútbol soccer, también sufrió debido a que en todo el país se decretó el cierre de los estadios, dándose un escenario surrealista de jugadores pateando el balón, sin espectadores. La federación de clubes de México tomó la decisión de retirarse voluntariamente, en un acto de dignidad, de torneos sudamericanos ante las restricciones impuestas (consecuencia de ellas), de otros países. Países hermanos de México, como por ejemplo Argentina y Cuba, despertaron enormes críticas por haber cancelado los vuelos hacia y desde México, en un afán, tal vez desesperado, por contener la nueva enfermedad.
Y, sigue contando Carlsen, los ciudadanos mexicanos reaccionarion con una solidaridad inusitada ante la emergencia, no sin antes dudar, con justa razón, de la información que su gobierno les proveía. ¿Qué decían los medios mexicanos, los periódicos, la televisión, la radio, sobre el nuevo enemigo?

"Esta influenza es una forma mutante de la gripe porcina, la gripe humana estacional y la gripe aviar. De por sí, no es letal pero conlleva complicaciones de la "pulmonía atípica". Es atípica porque está fuera de temporada..."
Escribe Carlsen.
De lo que poco hablan los medios, es de la conexión (y esto parece trama sacada de una novela de terror científico al más puro estilo de Robin Cook), con el proceso de globalización y la economía industrial de empresas transnacionales que han llegado a México, después del tratado de libre comercio.
Sin embargo, los primeros reportajes vinieron de Perote, Veracruz—donde se encuentra una enorme granja porcícola de la cual son dueños y la operan una empresa norteamericana de cría industrial de animales llamada Smithfield Foods y una compañía mexicana. A principios de marzo, los funcionarios de salud locales proclamaron una alerta epidemiológica debido a una gripe con las mismas características exactas.
Cita de Carlsen. Sin embargo, al igual en una novela de trama policiaca, pocas son las fuentes que se refieren a estas granjas de cría de animales. Como si hubiera intereses económicos muy grandes que ocasionan que éste se vuelva un tema prohibido. No nos aventuramos a buscar culpables, ni tenemos la calidad científica para demostrar que Smithfield o cualquier otra empresa fue la responsable. No se trata de eso, sólo de mostrar al público un punto de vista, del que poco o nada se habla. Pero no sería tampoco descabellado pensar que en aquellas granjas descomunales, que rompen con la sabia tradición de los hombres y las mujeres del campo, de la autoproducción y el autoconsumo, en esos lugares fruto de la globalización y la ambición monetaria desmedida, miles de animales son aglomerados, sujetos a enormes cantidades de antibióticos, químicos, hormonas, alimentos de calidad dudosa. ¿Laboratorio de cultivo para la mutación de un virus "porcino"? Del "swine flu" pasamos a un nombre más elegante, A H1N1, para no culpar a los pobres animales del contagio que se da entre humanos.
Y, bien lo cuenta Carlsen, no solamente hay intereses de parte de las grandes empresas de cría de ganado, sino de los laboratorios privados de medicamentos. Estados Unidos cuenta con una reserva probada de 50 millones de antivirales, creados, claro, en laboratorios privados. El problema sigue ahí. Un periodista español preguntó al Ministro mexicano de Salud, el motivo de por qué en México, los enfermos morían en los hospitales, a diferencia de en los Estados Unidos, o en Canadá, donde el número de enfermos es igual o mayor. La respuesta, bastante simple. El sistema de salud mexicano, al igual que el educativo, laboral, y otras áreas de la vida nacional, sufren una paulitana erosión, un progresivo desmantelamiento, fruto de las políticas económicas neoliberales, del capitalismo rapaz, de esos tratados comerciales globalizadores que sólo responden al interés de las grandes empresas transnacionales, donde el Estado desaparece día tras día.
Y mientras tanto, el periódico El Tiempo, de Colombia, entre notas de falsos positivos y la desaparición del Maestro del Vallenato Escalona, leemos "12 posibles casos de virus AH1N1 en Antioquía continúan en observación".

Sucre, Bolivia.
Paz, trabajo y unidad.
Camarada Benigno.