Saturday, September 11, 2010

Aniversario.

Entre las amenazas de un pastor protestante americano que dice que va a quemar el Corán, el presidente del país del norte hablando de la "creciente y sólida" democracia mexicana, a la que la Sra. Clinton calificó como "situación colombiana de los años ochenta con grupos armados de narcotraficantes, algún tipo de insurgencia" (eso sí, bien armada en las tiendas de armas de Laredo Texas o San Diego California, ejemplo de calidad en el servicio y atención al cliente en la compra de fusiles M-16, Ak-47 y granadas de mano), esa democracia latina, de la que piensan defenderse instalando los soldados retornados de Irak, ahora a la frontera sur americana, a seguir luchando contra el terrorismo. Que la lucha siga, que los contribuyentes paguen con miedo y con su dinero, en medio de la peor recesión económica nunca vista desde 1929.
Veo la televisión, y una niña americana, a la que por ser bonita  todo se le perdona, hasta su terrible prosodia y su lento leer, producto del buen sistema educativo americano, pero que trae puesto un vestido lindo, bien peinado su cabello rubio y su carita de ángel, en el más puro American Show, al lado de su maestra afroamericana, elegantemente vestida, eso sí, hay que dar ejemplo de integración racial y respeto a los mayores. Ambas mujeres recitan, por turnos,  los nombres de los caídos en las torres de Nueva York. Mal momento, mal lugar, mal día. Malos días cuando el Sr. Bush dijo que un cobarde sin rostro había atacado América. Le tocaría decidir que tendría el rostro de Saddam, de Osama, de quien fuera, aunque no hubiera pruebas.  Que los que habían tirado "esos edificios" (forma de discurso para minimizar la gran tragedia del país del norte), pronto los escucharían a ellos. Y vaya que sí los escucharon, aunque no hubieran sido los autores. Los niños y las mujeres mutilados por las bombas y las balas yanquis, vaya que sí escucharon al Sr. Bush. Aunque ellos nada hayan tenido que ver con los traumas, los complejos, las sicosis, las neurosis de ese "gran pueblo americano". Ni tantos coches bomba puestos por la CIA, orgullosa organización del más alto nivel, tan organizada y tan limpia, casi casi como Burger King o McDonald's. Coches bomba en Paquistán, en Irak, en Irán, tal vez en Ciudad Juárez, México, cerca de donde estoy, para que esos mexicanos le abran las puertas al ejército yanqui, y los defienda de una buena vez, de ellos mismos, de los yanquis. Y es que esta fecha, de esa tragedia, donde murieron tres mil americanos, afro americanos, hispano americanos, asiatico americanos y americanos de verdad, los blancos y de cabellos rubios, los que no tienen distingo, como esa niña que ya me aburre de recitar tantos y tantos nombres, esos tres mil que no despreciamos, ni olvidamos, que se merecen todo nuestro respeto. Pero luego me pregunto si esa niña no llegará a recitar los nombres de los más de seis mil muertos civiles de la guerra de Irak, o los ocho mil muertos de la guerra mexicana que se pelea con las bonitas armas yanquis, para combatir al narcotráfico, y tantos muertos en Colombia que se peleará más y más y más con las bases militares para seguir matando, bombardeando y para que los señores de la CIA duerman tranquilos en las remodeladas y acondicionadas bases militares colombianas, y tengan más tiempo de seguir poniendo sus bonitos coches bomba para que sigamos necesitando a esos grandes héroes yanquis. Mejor apago el televisor y me dio tiempo de pensar en los inocentes tres mil americanos, así a secas, aunque en el país del norte les digan afro, hispano, asiático...Y pienso también en los inocentes de ésos países "incivilizados, fallidos, terroristas". Me levanto del sillón y a seguir. Voy por una hamburguesa a Burger King, tanto pensar me da hambre.

Camarada Tahania.
Ciudad Sonora, México.

2 comments:

JL F said...

Pues es una pena lo de las victimas del 11 S americano, aunque suena a desprecio a la vida humana olvidar a los millones y millones de muertos de manos de los propios norteamericanos en los cinco continentes. Sin embargo es comprensible que mucha gente de EEUU y Europa piense asi: en el fondo, igual que los alemanes pensaban que los arios eran la raza superior, los blanquitos del primer mundo piensan que ellos y los paises donde estan asentados sus principios ideologicos son los unicos que merecen la pena ser respetados como seres humanos. A los demas, que les den...!

Corvus said...

Bueno es la típica hipocresía ,ademas saber de quien fueron victimas esos 3000,tal vez del mismo sistema que ahora los llora,o hacen el show de llorarlos.Las cifras de las victimas de Iraq y México creo son muy superiores.