Wednesday, November 30, 2011

Igual que Juan Rulfo.

Igual que en las historias de Juan Rulfo. Violencia, la condición humana imperante, o la deshumanización plena. Igual que en los Cuentos de El Llano en Llamas. El absurdo, las historias que son tan locales, los pueblos mexicanos, donde el único ruido es el del viento, donde el Cacique es amo y señor de vidas, historias tan locales y tan universales a la vez (veamos el mundo en el que estamos viviendo).
Se llamaba Nepomuceno Moreno, buscaba a su hijo, al revés que en la gran novela Pedro Páramo, en la que el protagonista busca al padre. Don Nepo, como se le conocía cariñosamente, lo dijo en el marco de las protestas del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignididad que denuncia la sangrienta guerra del mal gobierno de México contra la sociedad mexicana: "Me siento orgulloso de llamarme como el pintor de su tierra", así lo dijo  a periodistas tapatíos (así se llama a los locales de Jalisco, paisanos del gran escritor) , en una cálida noche, en la frontera con Guatemala, cuando cenaban. Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, era escritor,  pero Don Nepo tenía razón, de alguna forma era pintor de la violencia, de la deshumanización  que plasmó en sus cuentos y en su gran novela, y que hoy azota a Guadalaja, a Monterrey, a Ciudad Juárez, a Veracruz, y también a la tierra del otro Nepomuceno, Sonora, a todo un país que está diciendo ya basta y pide un alto a la violencia que ha emprendido el gobierno con su militarización, su corrupción, su propia miseria y falta de humanidad.
Al hijo de Nepomuceno Moreno, Jorge Mario Moreno León, lo desaparecieron. Lo "levantaron" como se dice en México, y ya no se supo más de él.
Lo que sabe el padre, fue que su hijo le dijo que la persecución la comenzó "la policía y gente armada". Luego Nepo volvió a llamar al teléfono móvil y le contestó otra persona "somos policías". Luego le dijeron que su hijo era un delincuente, pero que con "treinta mil pesos" todo se arreglaba. Las investigaciones las hizo el propio Don Nepo. Luego se supo que en el registro de llamadas del móvil de su hijo aparecía un numero a nombre de la Procuraduría del Estado de Sonora (policías).

Don Nepo pidió la ayuda del Gobierno de su estado, pero adivine qué. Nunca le respondieron, y peor aún, le mandaron "policías" a su casa, para intimidarlo. Es que los funcionarios del Gobierno de México "están muy ocupados" todo el tiempo. Si fuera así ya se hubiera resuelto el problema de la violencia.

A Don Nepomuceno Moreno ya lo mataron y su hijo no aparece. La policía se ríe de él, El Gobierno en México no existe. Solamente las armas, los soldados, los paramilitares al servicio del "Gobierno de México" que solamente siembran miedo en nosotros, desesperanza. ¿Quíén mató a Nepomuceno Moreno?

Pero nos consuela saber que hay tan buenos escritores como Juan Rulfo. Estas historias mexicanas, tan violentas y el día de hoy  tan absurdas, que si Franz Kafka hubiera nacido en México, sería conocido como costumbrista.

Camarada Tahania,
Activista y Periodista radicada en Ciudad Juárez, Méjico.

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