Diplomáticos del país del norte, asesinados en Ciudad Juárez.

Ocurrió el pasado 14 de marzo, en uno de los fines de semana más sangrientos de los que tenga memoria México. Pude leer en un periódico sudamericano alguna discusión de uno de esos intelectuales franceses, que compara estos días violentos con los sacrificios aztecas y mayas que hace muchos siglos se celebraban en honor a los dioses precolombinos, con ocasión esta vez, del fin de los cuatro soles y en relación al año 2012 y el fin de los tiempos. Es que recurrir a la semiótica es el último recurso que nos queda para tal vez comprender el nivel de terror que están sembrando los cárteles de la droga. La nota viene de la agencia EFE y dice a la letra:

El presidente de México, Felipe Calderón, condenó ayer el asesinato de tres personas vinculadas al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, considerada la urbe más violenta de México.En un comunicado, el mandatario expresó su “indignación” por el suceso y manifestó “su más sentido pésame a los familiares de las víctimas”...

Ahora nadie se ha preguntado después de todo este tiempo ¿qué estatus migratorio tenían esos empleados del Consulado yanqui, cuáles eran sus funciones, qué tareas desempeñaban, que estaban haciendo en día domingo si las operaciones normales de esas oficinas son de lunes a viernes? Es que tantas historias que recordamos, que las preguntas son obligadas. ¿Se trató quizá de un ajusticiamiento de agentes de la CIA por otros agentes de la CIA? ¿Los asesinados eran dobles agentes al servicio de los cárteles? La nota de EFE habla de tres personas vinculadas al Consulado pero no dice qué vínculos ni puestos ni funciones. Y además ¿Qué se puede decir de un país, como el yanqui, donde es posible comprar armas de todo tipo como si fueran dulces, y luego se pasan a México como si fueran dulces, también, y luego los yanquis se quejan de que los niveles de violencia al otro lado de sus fronteras son sorprendentemente altos, como si no recordaran las masacres de Columbine o del Politécnico de Virginia, de tantos lugares, y dicen que cargar un rifle es una de las más valiosas libertades civiles?

Caramba.

Santa Cruz, Bolivia.

Camarada Benigno.