México, laboratorio de la globalización, calificado así desde su incursión en el Tratado de Libre Comercio con sus "socios", el país del norte y Canadá, sitio de guerra entre cárteles de la droga, territorio de una continua pauperización de sus habitantes gracias a las políticas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que como fiel alumno, uno y otro presidente siguen al pie de la letra. Sitio de violencias injustas, de abusos, de represión contra las libertades más elementales. Desde Santo Domingo, en República Dominicana, en reuniones con estudiantes universitarios, no nos olvidamos de nuestros compañeros en la lucha de Oaxaca. El texto es de la Dra. Erika Cervantes, y lo transcribimos fielmente.
Trabajar por la paz y el respeto a los derechos humanos ha colocado en riesgo a las defensoras y defensores de estos derechos, un caso extremo ocurrió el pasado 27 de abril cuando una caravana por la paz fue emboscada en el estado de Oaxaca, México, y dos de sus integrantes fueron asesinados: Tyti Antero Jaakkola, observador internacional originario de Finlandia y Beatriz Alberta Cariño Trujillo, integrante de Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS).
Beatriz Alberta fue una luchadora social que hizo de la defensa de la autonomía de los pueblos indígenas su motor en la vida, alentó a las comunidades mixtecas a luchar por su patrimonio cultural, por su identidad, sin sumisión y con dignidad. Ese fue su andar por la sierra mixteca, al convocar a las mujeres triquis a tomar su papel protagónico en la historia de su pueblo, a mirar de frente y defender sus recursos naturales del saqueo de las grandes transnacionales.
Aunque la radiodifusora que Cactus creó en 2008 dejó de transmitir ese año por falta de permiso, Beatriz Alberta no dejaba que se apagara su voz para denunciar los atropellos en contra de los pueblos indígenas.
"Sembremos sueños y cosechemos esperanza, abajo a la izquierda y del lado del corazón", invitaba los presentes durante su intervención en la quinta Plataforma de Dublín para Defensores de Derechos Humanos en febrero de 2010.
Beatriz Alberta nació en una familia campesina, indígena, mixteca. Estudió primaria y secundaria en Chila de las Flores, bachillerato en la preparatoria 3 de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, y la carrera de educación primaria en la Normal del Divino Pastor, en Tehuacán, Puebla.
La activista caminó de la mano con sus hermanas y hermanos indígenas, estuvo acompañada por la teología de la liberación que sostiene que la pobreza es producto de la concentración de la riqueza y el poder, en unas cuantas manos.
Enfocó su trabajo en las comunidades del valle de Tehuacán, afectadas por la contaminación de las aguas por parte de las granjas industriales avícolas y las fábricas de mezclilla en los pueblos pobres de la sierra Negra. Organizó a las mujeres vendedoras de tortillas, promovió la formación de cajas de ahorro, desarrolló proyectos de economía solidaria, fundó centros de apoyo a migrantes e impartió programas de salud reproductiva.
Beatriz Alberta regresó en 2000 a la tierra de sus padres, Chila de las Flores, Puebla. Tiempo después se vinculó a la lucha contra las altas tarifas de la Comisión Federal de Electricidad: a la destitución del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz: la resistencia a la construcción de grandes presas, la autodeterminación de los pueblos; la promoción de radios comunitarias indígenas y el apoyo al municipio autónomo de San Juan Copala.
Fundó el centro de apoyo comunitario trabajando unidos (CACTUS) en 2996 al lado de Omar Esparza su compañero de vida, organización que se concentra en trabajar en proyectos de educación popular alternativa, derechos indígenas y salud de la mujer.
En 2008 Cactus comenzó a operar la radiodifusora independiente "La Rabiosa", con el objetivo de difundir los DH del pueblo mixteco. A pesar de que su equipo fue decomisado 8 meses después por las autoridades Beatriz Alberta no guardó silencio y siguió colaborando con la radio triqui "La voz que rompe el silencio", desde donde promovió la formación de la Red de Radios Indígenas Comunitarias del Sureste Mexicano.
En su despedida, Omar Esparza, su compañero de vida y con quien procreó una hija y un hijo, se comprometió una vez más a hacer algo por alguien más todos los días de su vida.
Beatriz Alberta Cariño Trujillo murió asesinada a los 37 años de edad el 27 de abril de 2010, en una emboscada en el municipio de la Sabana a manos de paramilitares de Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui UBISORT.
Formaba parte de una caravana por la paz para romper el cerco de aislamiento en el que se encuentra desde hace 4 meses la comunidad autónoma de San Juan Copalay nos hereda el tiempo de las mujeres insumisas, el tiempo de los pueblos de abajo, a vivir sin miedo, en paz y con justicia. "Abajo a la izquierda y del lado del corazón."
1 comment:
Lo de Mexico es un caso parecido al de Colombia o Peru, u otros como Panama o Costa Rica. EEUU y sus peones mantienen a estos paises como colonia del imperio a golpe de matones, o a tiro de bala. Mexico es mas grave incluso que en Colombia, porque a pesar de que los colombianos son primeros en el ranking de asesinatos de paramilitares con la connivencia del gbierno, en Mexico la violencia esta mas naturalizada, menos mediatizada, y por lo tanto de habitual se subraya menos. Sin embargo, como saben bien los indigenas, y el Subcomandante Marcos, la unica solucion en este pseudoestado de EEUU es la rebelion armada, aunque sea temporalmente pacifica, y que los obreros e indigenas le den brea a los saqueadores, ladrones y genocida de Mexico y de su amo EEUU.
ANIMO CHIAPAS, ANIMO MEXICO
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