Otra más de los yanquis.

¿Por qué será que nadie les cree cuando dicen que no tuvieron nada que ver con Jacobo Arbenz en Guatemala o con el golpe de estado en Chile en 1973? ¿Por qué cuando dicen una y otra vez "no hay cárceles clandestinas en Europa del Este", levantan más dudas que certezas? El problema de las drogas en México tiene más de cincuenta años, desde que durante la Segunda Guerra Mundial, campos de cultivo de ese país, sirvieron para la siembra de amapola, de la que se obtenían opiáceos, de mucha demanda durante la guerra. En el siglo XXI, se libra una guerra "de mentiritas" porque el Sr. Calderón, presidente, niega que es una guerra y dice que es una "lucha" siendo que ambas palabras son sinónimos. Ahora resulta que quienes ponen las armas del lado de la "narco-insurgencia" (término acuñado por la señora Hilary, aunque luego se retractó), son los americanos. Increíble, pero cierto. Los americanos venden armas al por mayor a los cárteles de la droga para que se enfrenten al gobierno de su vecino país, y ellos muy contentos "ven el show". Es que para los yanquis la realidad es eso, un bonito show, estilo MTV o los videos de Britney Spears en Las Vegas.

La operación se llama "fast and furious" igual que la película de los autos que corrían a toda velocidad, protagonizada por Vin Diesel. El agente John Dodson de la ATF , agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, dio recientemente los detalles de la operación. Consistía en "permitir" (¿facilitar?) que cientos de rifles de asalto cayeran en manos de compradores del lado americano, aunque se sospechara que el destino final sería el vecino país del sur, para que luego "se construyera un caso", palabras más o menos, para que las armas fueran utilizadas por los cárteles y tener así, elementos para procesar a los traficantes de droga mexicanos.

El problema se salió de las manos cuando en San Luis del Potosí, México, fueron baleados dos agentes de otra agencia americana, operando en México, ICE, la Agencia de Inmigración y Aduanas del país del Norte. Lamentablemente murió un agente norteamericano. El asesino utilizó un rifle de asalto yanqui, se piensa, uno de los mismos rifles de los que facilitó su compra y entrada a México, la otra agencia yanqui, ATF.

Es una pena que se pierdan tantas vidas y haya tanta violencia, no solamente en México, lo lamentamos en Colombia, también, en Iraq, en Afganistán.

Solamente cuando los americanos son muertos en un país extranjero, y en el peor de los colmos, con sus mismas armas, entonces es cuando descubrimos estas operaciones secretas.

Y todavía nos salen conque los paramilitares alrededor del mundo, en Colombia, en el sureste asiático, en tantos países, son un invento ajeno. ¿Quién les da el capital y las armas?

Pero todo va a dar a lo mismo, a repetir el ciclo de miedo, pobreza, violencia, miseria, mentiras, guerra, para que los héroes americanos luego rescaten a esos fallidos países.

Camarada Tahania.

Ciudad Juárez, México.